Alaska Airlines se enfrenta a críticas después de que resurgiera en línea un cartel de la compañía que recuerda a los empleados que deben solicitar un proceso legal, como una orden judicial o una citación, antes de entregar los datos de los pasajeros a las autoridades. Si bien algunos lo llaman “obstrucción de la justicia”, la política de la aerolínea es en realidad una práctica estándar diseñada para proteger la privacidad de los pasajeros y garantizar el cumplimiento legal.

El malentendido de la “obstrucción”

La indignación surge de una mala comprensión de lo que constituye obstrucción de la justicia. Legalmente, esto implica interferir activamente con un procedimiento judicial en curso, alterar pruebas o influir de manera corrupta en los funcionarios. Simplemente negarse a proporcionar datos voluntariamente sin un mandato legal no es una obstrucción. En cambio, la política de Alaska refuerza el proceso correcto: las autoridades deben obtener la documentación legal adecuada antes de acceder a información privada.

Por qué esto es importante: la importancia del debido proceso

No se trata sólo de seguir reglas; se trata de defender los derechos constitucionales. Si las aerolíneas proporcionaran libremente datos a pedido, se crearía un sistema donde la policía podría realizar vigilancia sin control. Imaginemos a los agentes solicitando listas de pasajeros con apellidos específicos o reservando determinados vuelos, todo ello sin supervisión judicial. Este es un camino hacia la recopilación masiva de datos y posibles abusos.

El papel de las órdenes judiciales y citaciones

Exigir órdenes judiciales y citaciones no es un impedimento para hacer cumplir la ley; es el marco legal diseñado para evitar extralimitaciones. Estos procesos garantizan que las solicitudes de datos estén justificadas, revisadas por un juez y documentadas adecuadamente. Esto protege tanto a los pasajeros (que pueden impugnar registros ilegales) como a la propia aerolínea, garantizando que actúe de manera coherente y legal.

Práctica estándar de la industria

Alaska no está sola en este enfoque. Gigantes tecnológicos como Apple y Microsoft también exigen procesos legales para el acceso a los datos. Apple exige que las entidades gubernamentales sigan las leyes aplicables, mientras que Microsoft exige una citación para datos básicos y una orden judicial para contenido confidencial. Esto confirma que la divulgación controlada de datos es la mejor práctica de la industria, no un caso atípico.

Proteger a los empleados y mantener registros auditables

La política de la aerolínea también protege a los empleados de ser presionados para que cumplan ilegalmente. Un trabajador de primera línea no debería decidir en el acto si una solicitud es legítima. “Política de la empresa: necesito un proceso legal y debo llamar a mi supervisor” proporciona una defensa clara contra la coerción. La política también crea un rastro documentado de todas las solicitudes de datos, lo que garantiza la transparencia y la responsabilidad.

“La expectativa debe ser que el lenguaje de confidencialidad de cada contrato incluya requisitos de notificación cuando se solicitan datos para que las personas puedan solicitar una orden de anulación”, como señala el autor.

En conclusión, la política de Alaska Airlines no se trata de obstruir la justicia; se trata de defender el estado de derecho, proteger la privacidad de los pasajeros y garantizar que las fuerzas del orden operen dentro de los límites legales. La verdadera obstrucción sería socavar este proceso y permitir el acceso a datos sin control.